por Josefina Méndez
Quienes vivimos cerca del mar no podemos imaginarnos una vida lejos del regusto salado, la espuma
iridiscente y el vaivén incesante de las olas; las particularidades de vivir en la costa nos definen. Quizás por este
motivo al leer La Ola me sentí como en casa.
La ilustradora Suzy Lee nos presenta una escena típica e indispensable de toda infancia al sol. Esos momentos
de complicidad con el mar que sólo se da entre las olas y aquellos que se animan a hacerle frente a las crestas
más aterradoras o quienes esperan pacientemente que la marea se retire para recolectar los tesoros que
guarda la orilla.
En la composición de La Ola podemos apreciar los trazos gruesos de las ilustraciones en color negro, el blanco
inmaculado de la orilla y el cielo, un todo acromático que se ve atravesado por la intensa gama de azules que
luce el mar. Azules, turquesas y celestes que suben y bajan, que van y vienen entre las páginas como parte de la
cadencia que ejecuta la marea.
La ola es la segunda obra que Suzy Lee concibió para La trilogía del límite, un trío de libros del que también
forman parte Espejo y Sombras. En los tres casos es preciso recorrer palmo a palmo cada hoja para no perderse
ningún detalle: en La Ola debemos prestar especial atención no sólo a la niña y a las olas, sino también a las
gaviotas. Así pues, se trata de un libro de ilustraciones que amerita la relectura, el ir y venir de una página a
otra, un ejercicio en el que cada lector podrá seguir su propio ritmo.
(*): Integrante de la ONG Jitanjáfora